Carlo Cipolla ENTRE LA HISTORIA Y LA ECONOMÃA INTRODUCCIÃN A LA HISTORIA ECONÃMICA 1 ¿Qué es la historia económica? La disciplina llamada âhistoria económicaâ es la historia de los hechos y de las vicisitudes económicas a escala individual o empresarial colectiva Como tal, se diferencia de la âhistoria de las teorÃasâ, que es la historia de la doctrina económica En el análisis histórico-económico es necesario tener en cuenta las peculiares caracterÃsticas fisiológicas y psicológicas del hombre, tanto su racionalidad como su irracionalidad, sus caracterÃsticas mentales, sociales y culturales, todo ello a escala individual y colectiva La definición ha de ser considerada también en sentido amplio y en ella deben incluirse, no sólo la narración de los hechos económicos, sino también la historia de los hombres y de las instituciones, además de las estrechas y a menudo inextricables relaciones entre instituciones y vicisitudes económicas, y entre estas últimas y las vicisitudes sociales, polÃticas y culturales La historia económica es una disciplina relativamente joven Hay cierta protohistoriografÃa económica que se remonta al siglo XVIII, pero hasta mediados del XIX, y más decididamente a principios del XX, no aparece una historiografÃa económica madura y de reconocida dignidad académica La disciplina experimentó entre 1930 y 1970 un desarrollo extraordinario, hasta el punto de que algunas de sus ramas evolucionaron de forma autónoma La historia económica y más aún las disciplinas que se han desarrollado en torno a ella son, sin embargo, fruto de fragmentaciones artificiosas de la actividad humana La auténtica realidad es el hombre en su complejidad biológica, psicológica, social En virtud de la descripción y el análisis es preciso recurrir a las fragmentaciones, pero hay que tener siempre presente que esas categorÃas son producto de simplificaciones colosales En la expresión âhistoria económicaâ, el término âhistoriaâ puede ser fuente de ambigüedad respecto del objeto de la disciplina El término âhistoriaâ tiende a ser relacionado con el interés por lo antiguo y alguien podrÃa deducir de ello que la historia económica se ocupa de acontecimientos económicos ya lejanos en el tiempo Es necesario corregir esa impresión, porque es errónea La historia se ocupa de un pasado que puede ser remotÃsimo o muy cercano, remontarse a los tiempos del paleolÃtico como a hace sólo unos cuantos dÃas La historia económica es el estudio de los hechos económicos pasados y presentes Existen sensibles diferencias de método y de preparación entre los historiadores económicos que se ocupan de épocas alejadas de nosotros y los que estudian épocas cercanas No obstante, la historia económica abarca todo el pasado Al igual que la historia económica, la economÃa es una disciplina relativamente joven, que no experimentó un desarrollo importante hasta la segunda mitad del siglo XVIII También la economÃa ha acabado subdiviéndose en numerosas ramas que han dado origen a una literatura especializada Para aclarar las relaciones existentes entre la economÃa y la historia económica general es útil considerar: A La problemática de las dos disciplinas y la utilización de instrumentos conceptuales de análisis B El fin al que tienden las dos disciplinas Para ser considerada como obra de historia económica, una investigación tiene que abordar una problemática que encaje en las tres preguntas fundamentales de la economÃa: 1 ¿qué producir? 2 ¿cómo producirlo? 3 ¿cómo distribuir lo producido? En la práctica, esos tres interrogantes se articulan en una serie de preguntas más especÃficas, relacionadas con la determinación de los precios, con la asignación de recursos escasos, con las variaciones a corto y largo plazo de la producción, del empleo, de la demanda y su estructura, etc Para esto se deben emplear los instrumentos conceptuales, las categorÃas analÃticas y el tipo de lógica acuñados por la teorÃa económica El trabajo del economista es explicar como funciona la economÃa; el del historiador económico consiste en explicar como funcionaba en el pasado Una cosa tiene relación con la otra, pero sin embargo ambas son dos disciplinas claramente distintas El economista suele orientarse hacia el futuro, suele interesarse por la determinación de elementos regulares en las relaciones de asociación entre variables económicas, o sea, que le interesa descubrir âleyesâ que el permitan formular previsiones y planes fiables El historiador, en cambio, se orienta decididamente hacia el pasado y no se preocupa por el futuro ni tiene la pretensión de poder condicionarlo El economista tiende a considerar sólo las variables que parecen mostrar ciertas regularidades en sus relaciones recÃprocas y formas de comportamientos previsibles y racionales El historiador económico no puede realizar la misma operación Para explicar el funcionamiento y la performance de una economÃa determinada debe tener en cuenta todos los factores que intervienen Y no sólo los factores o variables económicas El historiador debe incluir en su análisis las instituciones jurÃdicas, las estructuras sociales, los factores culturales, etc Es decir, el historiador económico ha de tener presentes todas las variables n de una situación histórica dada El economista se ve limitado por el carácter general de sus paradigmas, de la misma manera que al historiador le limita el carácter ineluctablemente especÃfico de su narrativa Esta adquiere un significado más claro si se proyecta sobre la distinción que establecen entre los economistas entre corto plazo y largo plazo La definición de corto plazo que ofrecen los textos de economÃa es bastante simple: âes el perÃodo durante el cual cabe dar por sentado que el capital fijo de la empresa permanece invariableâ Los problemas se plantean cuando se pasa del corto plazo al largo plazo En el largo plazo todo cambia y ni se pueden postular, por un lado, elementos o factores inmutables, ni se pueden eliminar, por otro, determinadas variables, calificándolas de exógenas El hecho es que a largo plazo cualquier problema se convierte en problema histórico El devenir histórico señala otro problema de la teorÃa económica: su creencia de que la gente tiende a actuar de forma racional Pero esta creencia no es realista: la gente raras veces se comporta como se espera El historiador no sólo tiene que habérselas con un número mucho mayor de variables, sino también con elementos no mensurables, irracionales e imprevisibles, y con asociaciones que cambian constantemente entre las variables 2 La problemática Aunque los problemas abordados por el historiador económico sean de carácter económico, pueden presentar notables diferencias respecto a los problemas tratados por el economista Esto obedece a varias razones diferentes En primer lugar, el economista pretende identificar âleyesâ válidas para las distintas situaciones históricas, mientras que el objetivo del historiador de la economÃa es describir y reconstruir circunstancias económicas especÃficas, consideradas en su individualidad y en su especificidad históricas En segundo lugar, con el desarrollo de la historia económica como disciplina autónoma, se ha ido conformando una problemática que, aunque esencialmente económica, corresponde a la historia económica En tercer lugar, el énfasis que el economista y el historiador económico ponen en determinado fenómenos difiere según el tipo de economÃa que es objeto de estudio Finalmente, los economistas principalmente investigan el panorama económico contemporáneo Como consumidor de información, pues, se encuentra más o menos en sintonÃa con los productores de información económica, puesto que éstos forman parte de la misma cultura y de la misma sociedad que el economista y comparten las curiosidades y las inquietudes Esta sintonÃa entre demanda y oferta de información hace que el economista encuentre normalmente sin gran dificultad el tipo de información que necesita El historiador económico trabaja normalmente en una situación muy distinta La mayorÃa de las veces se ocupa de sociedades y economÃas de un pasado lejano Esto supone inevitablemente una falta de sintonÃa entre la problemática y la documentación disponible Ello se debe a que las preguntas del historiador reflejan y tienen su origen en la cultura y sociedad de la que forma parte, mientras que la documentación que debe usar responde a las preguntas, las inquietudes y la curiosidad de una cultura, una sociedad y un mundo diferentes Se produce una falta de sintonÃa entre consumidores y productores de información La falta de sintonÃa entre la problemática originaria del historiador económico y lo que le proporcionan las fuentes es tanto mayor cuanto mayor es la separación cultural existente entre la sociedad a la que pertenece el historiador y la sociedad objeto de su investigación En consecuencia, el historiador económico se ve obligado a adoptar sus preguntas a las fuentes de que dispone [Carlo Cipolla, Entre la historia y la economÃa Introducción a la historia económica, Editorial CrÃtica, Barcelona, pp 15-34]